Intenté escribir la Crónica del Raid antes de correrlo, en el avión de Sao Paulo a Madrid. Pero estaba tan cansado y me bebí tanto vino que no distinguía las azafatas de los azafatos. Lo dicho, que aterricé en Madrid a las 6.30 de la mañana… llegué a casa, me duché y me fui a dar mi vida por la empresa (que pringado soy). A eso de las 2, hablé con Robert y Rubén… qué ya lo tenían todo organizado, con eficiencia germánica. Más que de Aluche, parecen de Dusseldorf. Habían impreso el raid book, comprado las viandas, mirado en Internet la ruta, alquilado la furgo, preparado 8 litros de isotónico y comprado un paquete de preservativos (esto último todavía no sé por qué estaba en la lista). A las 6, Rubén me recogía con nuestra flamante Furgo… y llegó el proceso habitual de meter a 5 personas, dos bultos por persona, tres bicicletas, tres bolsas de comida. Menos mal que se nos olvidarón los 8 litros de isotónico en casa de Rubén. Y más felices que perdices, partimos con rumbo extranjero, a conquistar tierras Lusas, que por derecho, nos pertenecían. De camino, los comentarios de somos los mejores, hay que tener cuidado con los Martínez, si quedamos primeros… mi cuerpo no sabía si estaba en una Jumpy, en un A340 o es que había muerto y estaba en el limbo.
Los kilómetros transcurrían rápidamente, y las noticias de nuestros hermanos Tronasoleras eran alentadoras. Ya estaban en el Espinar, ese barrio de San Rafael, saliendo con la Tronaneta (esa cabrona…). Ya de noche, nos apañamos unos bocatas de lomo con queso antes de cruzar la frontera, que vete tu a saber que se come en un país tan diferente como Portugal. Ahí recibimos la triste noticia: la cabrona de la Tronaneta se había quedado ciega. Vamos, que nuestros hermanos tuvieron que quedarse en tierra.
Finalmente llegamos a las 11 (hora CET-1) a Sao Joao de Pesqueira (la verdad que es un nombre portugués de cojones, eh?). Cuando llegamos a la zona de acreditaciones, un poco nos acojonamos. Desde que hice la mili, no había visto tantos uniformes. La acreditación era completamente castrenser:
- Punto uno: presenta DNI
- Punto dos: presenta SI Card
- Punto tres: recoge road book
- Punto cuatro: recibe instrucciones del director de carrera
- Punto cinco: dorsales e imperdibles
Un tío con bigote y con pistola nos miraba por si nos daba por escapar. Otro se nos acercó y parecía que nos iba mandar al frente, pero sólo nos quería indicar el lugar del suelo duro. Ahora en serio, pedazo de organización. Con tanto “voluntario”, da gusto.
A las 12, a 40 minutos de la salida, llegamos a nuestro hostal. Como Robert y Rubén viajaban en pareja (quiero decir, que cada uno con su chica… el de chueca soy yo), habíamos pillado una bonita residencia en la bonita localidad de Pesso de Regua (joder, otro nombre muy Portugués). El tío de la recepción, un crack. Una especie de mister Bean a lo luso.
Sábado 6.40
Me despierto, y creo que es de la siesta. No estoy ni empalmado. Me doy cuenta de que estoy en Portugal y que llevo exactamente 9 días sin dormir en mi cama. Cuando bajo, mis chicos y chicas ya están pertrechados para la lucha, unos con maillots tronadores, otras con las bolsas de pan bimbo en la mano (uniforme oficial de las asistencias). Salimos ilusionados hacia la primera etapa. Bueno, 4 ilusionados y uno más empanado que un filete ruso.
Sacamos las bicis, robamos un poquito de vino, asistimos aun briffing en Portuñol… saludamos a los colegas Barris…. Y pun, suena un disparo. Coño, el raid lo organiza el ejercito Portugués, ¿qué esperábamos?
Etapa 1: BTT
La organización da dos horas para hacerlo, tipo orientaventura… las balizas que puedas en el tiempo que puedas. Somos Tronadores, por lo que la doble R sale a por todas, como no podía ser de otra manera. Fue muy chulo ver como todos los equipos se adentraban por las callejas de Sao Joao, camino del monte… bueno, todos los equipos no… nuestros amigos Barrymore decidieron salir en dirección contraria… hasta que se pararon a preguntarse a una señora con bigote por la dirección correcta. Carmen no sabía si esconderse. Da igual, los comienzos deben ser tranquilos.
Bea, Fran y yo… aprovechamos para tomar un café… a 50 céntimos. Joder, ¿qué hacemos viviendo en Madrid?
Etapa 2: Orientación con Ortofoto
En una hora y 45 minutos nuestros aguerridos raiders de rojo llegaron a lo alto de un monte con sus aguerridas bicis. El sitio era espectacular, se veía toda la comarca, el Duoro… venían contentos, había hecho todas las balizas incluso con una pequeña cagadilla. Pero queda mucho.
En apenas tres minutos, Robert se cambia, se mete las pirujas y los polvos de rigor (casi confundimos el potasio con el primperán…) y salimos escopetados. Muchos equipos optan por hacer sólo 6 de las 8 balizas… pero nosotros somos Tronadores. Y se nos da bien, para que negarlo… vamos muy deprisa, casi más que en un Orientaventura y acertando con la orientación (que por cierto es muy sencilla). La zona, parece Falcon Crest en Portugal. Sólo faltaba el chino de Angela Chaning.
Ya casi en meta, a Robert y a mi nos apetece meternos por unos zarzales para hacernos sangre y darle un poco de ambiente. Un raid sin sangre en las rodillas es como una cita sin sexo… qué está bien, pero no te acaba de llenar…
Etapa 3: Kayak, salto y natación
Tras la carrerita, tenemos ahora tres horitas para hacer unos 20 km por el Duero, con un cambio a la mitad. El que descansa, tiene que saltar desde un puente y nadar a por una baliza en mitad del río. Dicho lo cual, mientras Rubén y el guisa le damos a los remos e intentamos coordiarnos, Robert hace de tripas corazón y se pega un pequeño saltito y una natación agradable por ese río tan universal (eso sí, se tapa la nariz al saltar). En apenas una hora y cuarto, nos chupamos a muchos equipos que iban por delante y la mitad de la etapa. Cuando hago el cambio (se queda Ruben), veo a Robert con una mirada de miedo. Creo que el kayak le gusta entre poco y muy poco. Pero es lo que toca… y vuelven a partir en pos del éxito. Mientras, me junto con nuestras asistencias a darle al chorizo y a los botellines (70 céntimos el botellín, chavales).
A falta de 15 minutos… me empiezo a preocupar… pero consigo verlos en el horizonte. Un tío remando a toda ostia… y otro… ¿tumbado?. Sí, Robert más que un aguerrido raider parece un gondolero con tirones en los abdominales. Pero entran en tiempo. Buena etapa, llevamos todas las balizas.
Etapa 4: Trekking con mapa 1.15.000 y Rappel “suspenso”
La organización nos premia con un traslado hasta otro pueblo y con casi dos horas de descanso. Lo agradecemos, porque aunque por ahora el Raid está siendo suave, nos podemos preparar par lo que viene. Saldremos los especialistas a pie… Robert el Gondolero y Choki. Aquí quiero precisar una pequeña anécdota. Yo repetí camiseta hasta en 4 etapas y a los calzoncillos le daba la vuelta. Robert no. Robert siempre huele bien. Lo siento, este chico ya está ocupado.
Dan la salida y mientras Rubén se cuelga de un puente, salimos escopetados. Vamos bien hasta un momento en el que los caminos se cortan…y leemos en el mapa “lous cminhos en esta zouna se ven un pouco mal”. Bueno, tiramos de experiencia y nos reponemos. Y corremos. Y corremos. Y corremos. Vamos dandole a todas las balizas y superando a equipos. Al final, en esta etapa, apenas dos equipos completamos todo el recorrido, bastante duro. Vamos, yo llegué doblado. Y joder, me esparaba Rubén con espuma en la boca y con la bici relinchando (había incorporado la gomilla y todo).
Etapa 5: BTT nocturna
A la bici ya salimos anocheciendo. Que pena no poder hacer la etapa como un paseo romántico. La etapa estaba clara… si te dejabas tres balizas, era casi todo para abajo y por pistas y carreteras. Si ibas a por todas, la muerte te podía acechar como la noche entre las viñas (me ha quedado novelesca esta frase, eh?). Amigos míos, ¿cuál creeis que fue la decisión del equipo Tronador?
Pues lo dicho, empezando a ver mal, Rubén me lanzó por caminitos y pistillas en pos de las primeras balizas. Una vez que le pillé confianza a rodar y bajar sin ver, y aprovechando los tramos asfaltados, marcamos un ritmo muy bueno y pasamos a bastante equipos. Casi tenemos una desgracia en un sitio donde la carrertera de golpe se convertía en escalera… y donde uno de los de Galaecia se jodió el hombro. En este primer tramo, aunque la tendencia era la bajada… había repechos de platillo.
Con 20 km en las piernas, y en mitad de la bajada de un puerto, Rubén me dice… “relaja las piernas”, que viene lo divertido. Yo me relajé, pero mi bici no. Sí, optamos por ir a por todas las balizas. Y mientras yo empezaba a preguntarme “qué coño hago yo aquí, si tenía que estar en Brasil”, mi bici empezaba a calibrar el desnivel… 6%, 8%, 12%.... 20%. Y claro, ahí dijo que por sus cadenas no subía… y catacrack, se partió.
Con mucha diligencia, Rubén arregló el desperfecto entre los ladridos de unos perros. A los 15 minutos volvimos a montar en nuestras burras… y nos asustamos porque un paisano nos está mirando. Debe llevar los 15 minutos sin hablar. Aprovechamos y le preguntamos por donde se va hasta la siguiente baliza. Y nos indica la carretera. Que no, que no… que nosotros acortamos por las viñas… “caminho malo, caminho de vinhas, nos e puede ir…”. Los cojones, no ha visto usted lo que pone en mi camiseta? Si además llevamos 15 minutos descansaos….
La puta. No es sólo que el camino fuese empinado, sino que estaba lleno arena. Por detrás, se veía una hilera de lucecitas abaaaaaaaaaaajo. Es decir, que nos tocó empujar casi media hora la bici. Arriba ya vimos que lo teníamos jodido para hacer todo y no penalizar… sobre todo porque los últimos 12 kilómetros eran en subida. Pero como no se penaliza el llegar tarde… pues seguimos intentándolo. De hecho, nos metemos por una bajada de las que le gustan a Javi a buscar una baliza “que está muy barata”. Bueno, pues me caí, claro y desesperé un poco a Rubén, que la bajó más tiempo en el aire que con las ruedas en la trialera.
Y ya, a toda ostia para meta siempre por carretera… picando para arriba. Mi colega se toma un gel, aprieta los dientes y parece Chente García Acosta. Joder, no me despego ni un metro de la rueda de atrás o me quedo. Lo mismo piensa un equipo de élite al que pasamos y formamos una bonita estampa. Eso sí, no dan un puto relevo… hasta que mi cadena, ya a 5 km de meta… y a 10 minutos del cierre, decide volver a romperse… por dos veces. La ostia…. Estoy un poco desesperado… porque además, no meto plato para no volver a parti.
Llegamos tarde y a 10 minutos del cierre de la salida de la siguiente etapa… pero nos da tiempo. Miro a mi bici con odio mientras estoy a punto de morir congelado. Gracias al cariño de Brea y Fran… poco a poco se me quita el mosqueo. Creo que por mi culpa, hemos perdido las opciones de podium.
Etapa 6: Trekking nocturno con apuestas
Mientras las chicas y yo nos dirigimos a meta… en el pueblo donde tenemos el hotel… nos duchamos, comemos algo… ole con ole… la aguerrida doble R a apostado la hora de dos balizas. Por lo que corren como jabatos… y como van pelaos, se ven obligados a dejarse una baliza. Luego se dan cuenta de que la gente ha sido muy conservadora y que incluso esperan durmiendo en la baliza para hacerla en tiempo. Por lo que el final de la etapa, la hacen tocándose el bolo.
Mientras, me quedo dormido en mitad de una conversación. Joder, estoy cansado. Gracias a deus, Rubén y Robert llegan mucho antes de lo esperado… y tras la sopa que nos da la organización, podemos irnos a dormir. Deberían aprender muchos organizadores españoles. El hostal está a 500 metros de la meta, una gozada.
Domingo, 6.45 de la mañana. No puede ser. Es una pesadilla. No estoy en Portugal. Pero el secador de pelo de Robert me recuerda que no. Por lo que tomo una drástica decisión. Me tomo un litoff, así, de primeras por la mañana. Y claro, a eso de als 7.30… hora a la que llegamos a la salida… me cago como un eritreo tras comerse dos kilos de moscas. Menos mal que en la salida hay una pousada en la que poder hacer el “gotéele”.
Y ante nuestra sorpresa… sacan las clasificaciones provisionales… y vamos segundos. A morir. Se ve que cuando nosotros creíamos que la habíamos cagado… nos habíamos salido. Situación extraña.
Etapa 7: Trekking de 18 km con pruebas especiales: tirolina, puente tibetano y rappel
Hace mucho frío… pero en seguida nos calentamos en la salida clásica Tronadora. Robert y yo nos ponemos los primeros de todas las categorías… y todos nos siguen. Mal hecho, porque nos perdemos. Tenemos media hora de correr como pollos sin cabeza, adelantando una y otra vez a todos los equipos. Da igual, la clave es no pasar de 4.30 el kilómetro. Lo malo, es que me fío demasiado del mapa y la primer especial, el puente tibetano, llegamos detrás de 9 equipos. Joder, pues 25 minutos de espera sin neutralizar. Va a tocar correr y no estoy seguro de que no penalicemos. Y corremos… ahora la clave está:
- Correr a 4 por mitad del monte
- No perderse por mitad del monte
En estás, nos vemos rodeados por perros de caza que nos toman por jabalíes (bueno, a mi, Robert sigue oliendo muy bien, va con camiseta limpia)… pero lo resolvemos con unas patadas y una pedrada. Robert prueba por primera vez un rapel voladillo y le gusta. Pero la sonrisa se le quita en cuanto llegamos a la última subida. 200 metritos de desnivel en el último kilómetro. A lo lejos, se ve a Rubén con toda la ropa puesta. En la transición, hace un gradito de na…
Etapa 8: Bicicleta en Linea
Llegamos un poquito tarde, lo que nos penalizará en la etapa de bici. Pero da igual, la doble R sale como un tiro. Como es bajada, hemos optado por el equipo de descenso. Robert cierra los ojos cada vez que intenta seguir a Rubén. Y por eso, en apenas una hora y cuarto… llegan a Lamego con ganas de acabar el raid.
No llegan muy contentos porque se ha tenido que saltar unas cuantas balizas… aunque no se acuerdan de cuantas.
Bueno, Robert sonríe diciendo que ole con ole… ya he acabado. Pero se le cae un huevo cuando le aviso de que el último escore urbano… lo hacen los tres.
Etapa 9 y final: Score urbano con especiales: arco, andar con zancos, esqui-tandem, petanca y mojarse porque si.
A falta de una hora y cuarto, salimos los tres… uno cojeando, otro con dolor de muelas y otro con un solo huevo y sin bazo.
Es pura estrategia… según los puntos que sumes, se te darán unos CPs al final u otros. La clave, las especiales… y la primera cagada. Echar aguita y tapar agujeros… se nos da como el culo. La siguiente, la petanca… y no se nos da mejor. Hay que asegurar la tercera, el ski-tandem… ole, la hacemos. Con mucha moral, Rubén se pone los zancos y hace de moros y cristianos… pero no se cae. El arco, en lo alto del castillo nos devuelve a la realidad. Las flechas casi salen por las almenas.
Por lo que nos toca ir a por todas las balizas de orientación si queremos hacer muchos puntos. Y a la falta de la última, se nos rompió el amor. Vamos, que no vamos, que sí, que jodemos el raid, que eres un gallina… al final, no arriesgamos y entramos abrazados en meta
De ahí al final, pues un poquito de todo:
- Ducha colectiva. Los tronadores, al menos yo, somos grandes de espíritu. Pero joder, comparo mi soldadito con el de los raider potugueses…
- Espera al sol: poco a poco se van juntando equipos. Soldados por un lado, españoles por otro. No, no vamos a invadirlos.
- Manolito Gafotas, versión portuguesa, se quiere quedar con el perro de Carmen… hasta que la rizos le enseña los dientes.
- Entrega de premios: ya sabemos para qué usan a las mujeres en el ejército portugués. Estaban las soldados azafata Margot, Vanesa y Judit.
- Al final, sin saber como estábamos… pillamos un buen tercer puesto en el podium
- Tras bajar del podium, esperamos media hora hasta la comida para que se dieran premios a:
1. El mejor equipo del ejército
2. El mejor equipo no del ejército
3. El mejor equipo portugués
4. El mejor equipo mixto
5. El mejor equipo con lesionados
6. El mejor equipo sin lesionados, pero con rozones
7. El equipo con mejor disfraz
8. El mejor equipo en las transiciones
9. El equipo que bebía más cervezas
10. El mejor equipo con perro
- Tras la entrega de todos los premios, la comida fue tipo boda… aunque no como en Asturias.
La vuelta, pues larga, sobre todo para mi que me chupe toda la ruta mientras mis cuatros compañeros jugaban a la marmota.
Bueno, es un pequeño resumen… gracias, de corazón a las chicas, Fran y Bea. Y compañeros, siento de verdad no haber podido dar el 100%... estaba reventado. Al resto, os eché de menos. Sobre todo a ti, Fer.
Besos