El Viernes, por desgracia, La Taberna de Baco (excelentes arroces, carta sofisticada) no nos pudo dejar el vehículo de asistencia. Por lo que Rubén apareció con una furgo de alquiler con apenas 3.000 kilómetros. Joer, no sé como nos las dejan...
Sorprendentemente, en cada raid somos capaces de meter más cosas en estos viajes. A las 3 bicis, los patines, bastones, 3 cajas de material, 3 bolsas de deporte y una mochila que pesaba 67 kilos… añadimos una mesa y dos sillas de camping, el hornillo, el termo, una manta… y a dos chavalas buenísimas.
De camino a Cabra, empezaron las buenas sensaciones. Robert engullía cada 2 horas, Rubén no hablaba pensando en estrategias. Yo me cagaba. Bea y Fran… dormían.
A las 10.30 llegamos al hotel de 4 estrellas que nos había reservado la organización. Qué pasada!!! Nos acreditamos, dejamos los patines… y saludamos a los amigos de este mundillo: Barris, Turbos, Yumaraids (que ahora se llaman Priego Aventura) A las 11 nos dieron una pequeña presentación… y a la carrera, nos fuimos a cenar… y a dormir. No sé por qué, Robert hizo reparto de tapones de oídos y me obligaron a leer hasta que todos se quedaron dormidos. Hay mucha leyenda urbana que no sé quién…
Suena el despertador… joder, incluso antes que para irse a currar. He dormido muy bien… y por la cara del resto, no debo haber roncado demasiado. Desayunamos, cagamos (yo tres veces) y nos acercamos al briefing. Está claro, “apenas” cinco etapillas el sábado, y “a las 1”, todos seguro que estamos en el Hotel, según la organización. Los cojones. Otro mensaje… las duras eram las etapas 2 y 3. Después, todo era disfrutar… (los cojones II)
Lo bueno de correr en élite, es que no hay que hacer estrategia. Y la verdad, mola.
Sección 1: 5km, score urbano a pie
Salimos muy tranquilos, de paseo dominical y disfrutando de la ciudad. A destacar la baliza que había en la pescadería (dentro). Robert, además de picar, encargó un kilito de lubina. El final de la etapa, la hicimos con los Buff-Termocool. Los volveríamos a ver el domingo en la entrega de premios. Pero porque no queríamos estropearles el fin de semana. Media horita nos llevó la etapa.
Sección 2: 34km de BTT
Robert, por recomendación de su chica… se puso las mallitas de triatlón para hacer la bici. Malos seremos de cojones, pero ningún equipo tiene un corredor tan sexy. Vamos enganchando balizas bastante deprisa, de hecho, vamos pasando equipos y eso que vamos reservando. El recorrido es precioso, y el tiempo, ni frío ni calor… hasta que llegamos a una zona de platillo. Rubén y yo vamos un poquito por delante y esperamos a Robert en un avituallamiento tipo “Cabra” (cerveza, empanada, fruta, acuarius….). Faltaban las chuletas. Roberto nos amenza, por lo que el avituallamiento se convierte en fiesta de cumpleaños. Pero a partir de ahí… toca un porteo de 20 minutos pa-rriba y pa-bajo. Muy duro… y en el que todos optamos en usar las técnicas más diversas de bajadas entre piedras, piornos, barro y roderas. En total, casi cuatro horitas de pedales. Nuestras superasistencias nos esperan “con la mesa puesta”. Eso sí, a mi me toca cambiarme y comer… sin ningún mimo cariñoso. Nadie me seca los pies, nadie me hace una carantoña cuando estiro mi dolorida espalda.
Sección 3: 24 km a pie + 3 de patines
El trekking. Probablemente el más duro que he hecho en un raid. Se empezaba corriendo casi 5 kilómetros entre carretera y pista… para tirarse para el monte con un desnivel bestial. Empezamos a notar que vamos en élite, y sufrimos en la subida como perros… A lo lejos, muy a lo lejos… se ve la cota que hace de mitad de sección. Madre mía.
Menos mal que de orientación vamos clavados y no perdemos tiempo buscando balizas. De nuevo, y tras 3 horas de sección… aparece otro cumpleaños feliz. Otra birrita, otro platanito, más empanada. Joder, estoy engordando en el raid.
De ahí, otro tramo largo por carretera hasta…. Tachán, tachán… los patines. Joer, me siento como un pato mareado… pero me puede el orgullo. Rubén y Robert salen disparados, dando muestras de una depurada técnica. Yo pienso que a lo mejor tardo menos corriendo con las rodillas. Pero bueno, soy Tronador y estoy compitiendo. Como dicen en mi curro hay que hacer “learning on the job”… es decir, todo pa arriba, no mirar ni adelante ni para atrás. Bueno, no se hace tan largo… incluso da tiempo a que Bea y Fran nos hagan un bonito video. Ale, a comer de nuevo, a hidratarse y a vestirse para la noche… ya que son las 7.45 de la tarde. Tampoco tengo besito.
Sección 4: 52 km de bici + biciorientación + kayuko + kayak + yumeo + rappel + cueva
Empieza la jarana… aunque Kiko había avisado que empezaba lo fácil. Los cojones III. Vamos con más peso que Falete (ropa de repuesto para el agua, arnés, cacharrería) Empezamos la etapa con el frontal de Robert roto… y perdemos otros 10 minutos en el cambio. No me gusta como está cazando la perrilla. Nos lanzamos por un tramo muy pestoso hacia el rapel y la cueva. Ya es noche cerrada… y nos cuesta dar con la cueva… sobre todo porque hay que meterse por sendillas embarradas y empedradas. Pero bueno, rapelamos y hacemos la cueva. La salida del “bujero”, de escándalo. Menos mal que tenemos cuerpos apolíneos… si no, nos hubiésemos atorado. NO ME GUSTA LA ESPELEO.
Mala señal, Robert deja de hablar.
Tras encontrar una baliza a puro rumbo… nos tiramos puerto para abajo, y empezamos a pasar frío, pero de verdad. Robert llora cuando vemos a los Rollerblade tomándose unas birras y un bocata en un pueblo. No hemos echado dinero. Por lo menos… no vamos fallando en la orientación. Hasta que fallamos, pero de verdad. Nos liamos en un olivar y Rubén y yo tenemos una pequeña disputa de pareja. Empezamos a cambiar el barro por el fango. No podemos cliclar, NADA. En fin, ya es noche cerrada y hace un frío de pelotas. Tras una hora, damos con la baliza y nos vamos a por la cliclorientación. Joder, se me apaga el foco… menos mal que me llevé el de repuesto. Joder, estoy en medio de un pinar sin mis amigos al lado. Siento miedo, sobre todo cuando me meto en el barro hasta las rodillas. Pero al final, resulta que mi recorrido era el fácil. La buena noticia… es que se suspende el kayak y el kayuko. La verdad es que yo tenía mis dudas de hacerlo. La mala… es que Robert va con la reserva. Eso sí, barritas herbalife, no quiere. Tío de costumbres donde los halla.
Casi perdemos a Rubén que prefiere el agua de los rápidos que el barro de los desprendimientos. Al día siguiente nos enteramos que la organización suspendía esas pruebas porque algún equipo de cabeza casi palma de frío. 
Lo que queda… pues es penar y hacer el gilipollas. Porque no leímos que se cerraba la etapa a las 3 de la mañana. Aunque era la parte más llana de todo el día, por una vía verde, se hizo la más dura. El cansacio, luchar contra el barro y el frío… pudo con nosotros, y marcamos un ritmo demasiado lento. Robert iba pájaro perdido, apenas podía ni hablar. Todos para nada, perdimos 31 puntos y 8 horas de competición. Además, mosqueamos a nuestras pibas, que estaban peladas de frío y bastante preocupadas. Obviamente, el run&bike, no pudimos hacerlo. Total, 8 horas de sección.
Bastante cansados y descorazonados, nos metemos en la cama a las 5 de la mañana. Dejamos para el madrugar la decisión de salir o no.
Y finalmente, pensando en que no tenemos nada que hacer en clasificación… y que no nos quedan vidas de salud, decidimos no salir en la etapa del domingo por Cabra, de unas dos horas.
Esperando a la hora de los premios y la comida… desayunamos tres veces y empezamos a hacer sueños para el futuro.
La furgoneta chirría de dolor, la hemos llenado de mierda. A mitad de camino de vuelta, toca gastarse 5 euros en un “baño a presión” para las bicis. El resto, turnarnos conduciendo mientras sorteamos el sueño.
En resumen, unas sensaciones muy muy buenas. Me gusta este formato, aunque por ahora, seamos cola de león. Os he echado de menos… mola ver a la “marea tronadora” en las carreras, sobre todo en una tan bien organizada como Cabra. Además, cada vez me doy cuenta de que mola correr con vosotros, siempre disfruto. Y sobre todo, gracias a Bea y a Fran, por soportar de todo
