domingo, julio 05, 2009

TRONADOR Tercer puesto en Orientaventura de Valles Pasiegos


Buenos días chavales. Escribo la crónica desde las alturas mientras escucho a los Killers (compradle el disco a un chino, merece la pena). No, por ahora no os habéis desprendido de mí. Lo que pasa es que estoy sobrevolando el extenso océano camino de Buenos Aires, antigua colonia española y lugar de mis tribulaciones los próximos tres días. Voy un poco pedo… me he bebido y me he comido todo lo que me han puesto. No estoy acostumbrado a viajar en business y me siento como Alfredo Landa en cateto a babor. Creo que incluso una de las azafatas me está guiñando un ojo y cenar con ella en “Las Cañitas” es mejor opción que una merienda con los padres de Carina (lo siento amiga, seguro que lo entiendes)

Bueno, a lo que iba. Quería reflejar en un par de páginas las experiencias de este fin de semana en Valles Pasiegos (lugar de sólidas mozas y dulces sobaos)


Destacar que para mí el raid empezó el Miércoles con las fiestas de Chueca y el calor. Los Sánchez-Cárdenas dándose al frenesí en busca de tiempos pasados y todos bailando las canciones de la bola de cristal. Con todo, me presenté en Torre Picasso, oficina pija donde las haya, con dos bolsas de deporte, un chorizo revenido, la bota de vino y las Salomón. Todo tenía un fabuloso sello Tronador.

Mail de Fer… olvídate de la historia. Hasta las 5 no salimos ni de Blas. Bueno, no pasa nada, quedo con Laura en la Taberna de Baco a probar su nueva carta de comidas (que a todos recomiendo, os recuerdo que nos han dejado la furgo alguna vez). Nos ponemos hasta el culo… y vamos a por la familia Domínguez-García. Ahora que me doy cuenta, vaya apellidos más nacionales que van a tener vuestros más que cercanos retoños, amigos.
Fer, como es informático, enciende el Tontón en su móvil, que nos guiará con certeza a nuestro destino. Qué bonito es Burgos. Qué paisajes rodean el Páramo de Masa (que se quiten las autovías) y que encanto tiene la niebla en el puerto del Escudo.

No pasa nada… a eso de las 9.30, nos encontrábamos en las estupenda casa que las Insterters, diosas de la logística y de la orientación. Poco a poco empiezan a gotear el resto de los Tronadores-Inserters- Solera-Salomon (a partir de ahora lo denominaré como TISS para no gastar tinta y esfuerzo táctil). Bueno, con los TISS ya en la casa, cómo soy todo un caballero, “acerqué” a Laura a casa de su hermana, distante apenas a 45 kilómetros. Es decir, que llegué a nuestra morada a eso de las 11.30 con más sueño que vergüenza, con más hambre que mierda en las uñas. De camino, las chicas, de nuevo, habían solucionado el pequeño contratiempo de decidir donde dormían Carlitos y Lucas, conocidos en su entorno con Connan the Tartarian y Pretonil the Assesin. No pasa nada, comparto habitación con Roberto, que al principio me mira con cara de miedo, mucho miedo. Prometo no roncar… pero toma las de Villadiego. Cuando me pongo mi pijama de Homer Simpson, duerme como un San Luis. La verdad es que no me explico como no tiene pareja. Cuando lo arropé, me dieron ganas de comérmelo a besos.

Suena el despertador demasiado temprano. La salida de la primera etapa está a 50 minutos. Y ya sabéis familia, hay que hacer infinidad de cosas… desayunar, vestirse, pasar por el baño, subirse las medias, pasar por el baño por segunda vez… El tiempo no promete, parece que cae algo de agua en el cielo. En cualquier caso, con eficiencia Espartana, salimos camino de San Pedro del Romeral, lugar de nuestras hazañas. Tras un viaje tranquilo por los pelos (en nuestro coche, alguien amenaza con echar en mi limpia tapicería el desayuno y la cena). Pero ya estamos en faena, vestiditos de domingo, con nuestras mallitas, nuestras camisetas, gorritas, medias hasta las rodillas. Reconocedlo, pensáis en vosotros hace diez años y os véis como estábamos en la salida del Sábado y pensáis seriamente en el suicidio. Bueno, en cualquier caso… nos ponemos a dar besos y abrazos por doquier, Maica, Tomms, Raúl, Aure, Mónica, las Yalve, Dani, Paco, Angéles, Susanita, Charly, las amigas de Robert, los Brujuleros, los Martínez, los Astures… joder, parecemos como el del Tulipán.


No hay tiempo para más. A Juanma se le han encendido los ojos. Nos dan el mapa y ni quiere pintar el recorrido…¿todas no?. EN fin. Optamos por un bucle en el que nos quitamos las obligatorias y hacemos dos especiales. Y como no… salimos despacio, muy despacio. Es decir, a los 600 metros pasa por mi vista imágenes de mi vida, incluido el bautizo. Y al final una luz… que no es tal luz, es Juanma, que está lanzado a la picado de las telitas naranjas y blancas. Me cuesta un poco entrar en el mapa… pero cuendo me siento cómodo, no se nos va dando mal. Nos damos cuenta que lo de los caminos en el mapa son una mera “referencia”. En el terreno hay muchas más referencias que en mapa, y las pistas del mapa… a veces han desaparecido por arte de birliybirloke. Tras una hora, nos encontramos con los Salomón y los TrangoWorld… y comporbamos que vamos a la par, lo que nos da moral y a Juanma una velocidad extra. Seguimos corriendo como fieras y llego a calcular que por una pista asfaltada nos ponemos a cera de 4. Menos mal que la etapa es corta. Por el camino, nos vamos encontrando con el resto de TISS, con suerte más o menos dispar. Finalmente, logramos entrar sin penalizar y bastante contentos. A la postre, acabamos terceros, pero en plena disputa.


Comemos nuestras vituallas en el porche de la Iglesia. Eso nos llena de espirtualidad y hasta Robert se tapa con una toalla cuando se cambia. Manu nos comenta que entre los helechos ha creído ver a Légolas (Juanma) y al Enano del Señor de los Anillos (Choki). Tremenda pareja. La verdad, que la comida es fantástica, y aunque llueva, es un placer compartirla con todos. Parece que los TISS, más el resto (Brujurleros, Sunsanos y demás tropa) se concieran de siempre.




Por la megafonía, la organización avisa de los peligros de la tarde. Lluvia y niebla. Pero los aguerridos Tronadores Fer y Juanma, se sienten más motivados. Mientras ellos corren, el resto nos guarecemos jugando a lo bolos y tomando cafelitos. Es un verdadero placer volver a compartir charlas con Raul, Dani y demás. Además, de ser observado con puta envidia por contar entre las filas de TISS con las mujeres más lozanas del circuito. Eli, Moni… gracias por abrazarme, me subió el ego (Javi, Manu… que suerte tenéis)




Nuestros compañeros llegan calados hasta las cejas pero contentos… no han arriesgado y se han diferenciado de los primeros por no penalizar. Excelente decisión. El resto, va llegando con más o menos “alegría”. Sobre todo Susana, que llega blanca de verdad. Sólo queda acercarnos a nuestra morada a ducharnos y prepararnos para la eléctrica noche. Es decir, otra horita de vuelta a casa. Al menos, la salida de la nocturna es cerca. Ya en la casa, nos damos a la merienda desenfrenada, mezclando todo lo que se nos viene en gana (chorizo, pan, café, cerveza, pasta, galletas), sin ningún orden ni concierto. Destacar que las amigas de Robert se empeñan en darle más sentido a la inscripción y se dedican a patearse el monte un par de horitas más que el resto.

Y llega la noche. Con el nuevo formato, realmente haces más de la mitad de la etapa con los focos en la cabeza bailando sin ser usados. La táctica es muy sencilla si todos los caminos del mapa finalmente existen. En eso salimos Fer y yo como demonios. Es decir, que Fer se niega a no ser el primero en picar todas las balizas. Y la verdad vamos muy bien hasta que ante nosotros surge “El Vietnam”. Es decir, una verdadera selva de zarzas, espinos y arbustos en la zona en donde debiera haber una pista. Como hemos corrido algunas carreras por el norte, decidimos hacer más kilómetros pero asegurar por pistas. Y así se lo advertimos a nuestros amigos que nos siguen a cierta distancia. Seguimos enlazando balizas… hasta que nos tiramos a por la de 20 puntos. Muy divertido estar en mitad de la noche mientras las vacas miran tus focos como si fueran platos de alfalfa fresca. Nos sentimos como John Rambo en “Acorralado” y reptamos, saltamos, esquivamos… cercas eléctricas. Pero los charlies nos acechan muy de cerca y no atacan con sus descargas eléctricas. De hecho, yo todavía tengo lisos los pelos de los huevos tras “atascarme” un ratito entre dos cables. Con todo y con eso, no orientamos mal del todo y acabamos la etapa despeinados pero contentos. No se podía correr más. Mientras, el resto de nuestros amigos TISS tienen suerte diversa… pero destacar que incluso en Cantabria, el descubrimiento puede llegar. Jaime y Carlos hacen de Jesús Calleja y se dedican al “Desafío Extremo” abriendo nuevas rutas por la montaña cantabrona.

Ya en casa, ducha y vino. Pasta y vino. Cuando me meto en la cama, Robert se empeña en pasar la noche en plan “Espider-man”. Vamos, que en vez de darse la vuelta quiere trepar por las paredes. Alguna vez dudo en cambiarle la cama a los pequeños tronadores. Y entre brinco y brico… llega el amanecer. Cafelote en la fantástica cafetera de Carlos y paseo por el trono. En la habitación Tronadora se vive un hecho inolvidable. Tenemos que echar a suerte quien sale a correr. Alberto, Chus… con estos animalitos se acabó la historia de “sal tú”, “yo paso”, “me duele todo”. Finalmente llegamos a un consenso y salimos Juanma y yo. En otro lares, María, Susana y Carlos han decido que prefieren tomar copas a dormir. Joder, ese es el espíritu

Noto las piernas un poco cargadas cuando nos plantamos los primeros en la primera baliza. A Légolas parece darle igual. Así me tiene, intentando orientar con sueño y haciendo de sabueso-busca balizas. Entre pitos y flautas, en una hora, nos hemos cepillado 80 puntitos y nos metemos en terreno “mordor” (sí, esa tierra inhóspita que Carlos y Jaime se dedicaron a explorar por la noche). Vamos muy bien, y sorteamos las rampas y los perros rabiosos con bastante suerte. Por desgracia, se nos atraganta una baliza de rumbo que yo pensaba que estaba mal puesta y que a la postre nos fastidió el podium final. Pero no pasa nada, Légolas y el Enano levitan sobre el barro, los helechos y las piedras traicioneras y van enlazando balizas. Gracias a la apuesta agresiva de mi compañero, nos plantamos un kilómetro de meta a falta de tres minutos…. Pero de nuevo, se nos cruza la última telita de mierda. No pasa nada, aunque penalicemos, nos hemos salido. Por desgracia, nos conseguimos auparnos ni con la victoria ni con el segundo puesto por apenas 3 puntos… pero muy contentos de nuestro momento competitivo.

El resto, fabuloso. Nos ponemos a comer y beber por cuenta del pueblo. Es muy divertida la ceremonia del podium, con los pequeños Troyanos disfrutando con nosotros, con falta de tiempo para saludar a tantos amigos. Lo realmente malo de estas pruebas no son las agujetas, ni los arañazos, ni las torceduras, ni esas espinas que nos sacamos de las rodillas mientras cagamos. No lo peor es que duran muy poco. Y el puto Lunes se nos viene encima y los compañeros y jefes nos miran con cara rara cuando nos ven con ojeras y moviéndonos como chiquitos de la calzada.

Lo dicho… gracias a todos por un fin de semana estupendo. Los que no pudísteis venir… se os notó con vuetros mensajes, llamadas.

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